Laboratorio de Derechos Constitucionales
Los hacedores ensayan una sociedad, poniendo en práctica en el mundo las soluciones que se van construyendo en las relaciones con sus territorios y sus pueblos, de modo de alcanzar y acceder a los derechos constitucionales fundamentales.
Art. 1º La República Federativa de Brasil, formada por la unión indisoluble de los Estados y Municipios y del Distrito Federal, se constituye en Estado Democrático de Derecho y tiene como fundamentos:
I – la soberanía;
II – la ciudadanía;
III – la dignidad de la persona humana;
IV – los valores sociales del trabajo y de la libre iniciativa;
V – el pluralismo político.
Párrafo único. Todo el poder emana del pueblo, que lo ejerce por medio de representantes elegidos o directamente, en los términos de esta Constitución.
Distantes estructural e ideológicamente del alcance de la mayoría de las políticas públicas, las periferias encuentran valor en la acción de estos agentes que, con sus iniciativas, buscan materializar en prácticas culturales y sociales la concreción de derechos estructurantes.
A partir de la proximidad entre el espacio de la elaboración y de la práctica, emergen soluciones comprometidas con el dinamismo de la realidad periférica, y no con una interpretación distanciada y estereotipada sobre ella.
Estas prácticas parten de los territorios, sus saberes y sus sujetos, en un movimiento constante de crear, probar y validar soluciones que pueden ser replicadas en toda la ciudad. Diferentemente de lo que se convino en llamar trabajo social, lo que estos hacedores promueven son búsquedas y experimentaciones continuas, incluyendo más allá de la práctica, un esfuerzo de presión política para ampliación de aquello que va saliendo bien.
Es en este contexto que los hacedores transforman sus territorios en lo que llamamos Laboratorios de Derechos. Se llaman así porque las soluciones encontradas no se congelan en el tiempo y en el espacio.
«Esta lógica que nosotros comenzamos a vivir, desde mi punto de vista, como la organización Talleres de Imágenes, significa que nosotros siempre trabajamos con la experimentación. Todos nuestros proyectos surgieron de procesos de experimentación, entonces aquí somos un laboratorio de innovación, ¿no?, y que ustedes llaman Innovación Social».
Bernardo, Belo Horizonte
Innovación política
en la periferia
«Cuento historias de las quebradas del mundaréu
Ahí donde los vientos amontonan la basura y las plagas ponen sus huevos.
Hablo de la gente que siempre agarra lo peor
Que come de los desperdicios podridos, que vive a la orilla del río
Y a punto de ahogarse cada vez que llueve
Y que solo grita desde la popular sin nunca influir en el resultado.
Hablo de esa gente que transa por los estrechos escambrosos
Extraños caminos del campo del buen dios.
Hablo de ese pueblo que, a pesar de todo, es generoso, apasionado
alegre y esperanzado y creyente en una existencia mejor en la
Paz de Oxalá, quien quiera saber mi nombre no precisa ni
Preguntar, yo me llamo…»
Ciudad con nombre de santo/ Rodrigo OGI
Las periferias son territorios legítimos de la ciudad
Periferias, favelas, aglomerados, quebradas
¿margen para quién? ¿al margen de qué?
Las representaciones estigmatizadas reducen las periferias en la narrativa y en la estructura de las ciudades, dejándoles a ellas lo que sobra del entendimiento de lo que es la propia ciudad. Las periferias, las favelas, los aglomerados y las quebradas van siendo retratadas en la Historia a partir de una lógica sociocéntrica, no como parte del tejido social con identidad propia, sino que, casi siempre, a partir de la negación a lo que la región central, mayoritariamente blanca y económicamente privilegiada, considera el modelo a seguir.
«La periferia es política, la periferia es lucha, es resistencia. Es de la periferia desde donde están saliendo los grandes debates. Son personas de la periferia, son mujeres, son negras y negros. Es la minoría en derechos y la mayoría en población.
La política del futuro está en la periferia».
Luiza, Recife
La formulación de políticas públicas alejada de la escucha y de la participación en la toma de decisión por quien pertenece al territorio periférico no satisface sus demandas reales, por no tener en consideración sus dinámicas y características sociales. Esta distorsión en la comprensión de lo que son las periferias, la identidad como territorios también legítimos de la ciudad, implica dos atrasos: perpetúa narrativas y comportamientos que reducen, inferiorizan y criminalizan a sus habitantes, en detrimento de un ideal a seguir, potenciando la falta de entendimiento de lo que son las políticas públicas prioritarias e innovadoras para los territorios.
Por otro lado, la segregación entre empobrecidos y ricos en la ciudad es unilateral. Son los ciudadanos más privilegiados que no recorren la ciudad, no conocen su extensión, sus márgenes, sus morros. Los ciudadanos periféricos trabajan, estudian y recorren la ciudad como un todo, conocen otras regiones y están mucho más preparados para procesos de intercambio y rescate de experiencias.
Derechos básicos como acceso a la universidad (a la educación como un todo), trabajos no precarizados y saneamiento básico son pautas urgentes para todos los brasileños. En las periferias, dichos accesos son aún más escasos y los pocos que los viven, perciben cómo la materialización de esos derechos abre puertas a otros derechos y otras garantías.
Formación política a partir de las periferias
Las articulaciones políticas fueron históricamente entretejidas en ambientes institucionales que se hacían presentes en los territorios como organizadores y mediadores de los sujetos políticos periféricos, de sus necesidades e intereses diversos, algunas veces contradictorios o conflictivos entre sí. Estos espacios de formación política en los años 80 fueron esencialmente las iglesias, las agremiaciones de las escuelas, los sindicatos y las formaciones de base partidarias. A partir de los años 90, las organizaciones sociales no gubernamentales, las ONGs, protagonizaron los ambientes de formación política.
«Yo soy cría de proyecto social. Aquí en el morro hay ahí, en la esquina, un proyecto que es cristiano, protestante. Antes ellos eran mucho más social que religioso. Hoy en día, está muy aburrida esa cosa de las religiones y tal. Pero ahí tuve la oportunidad de tener contacto con carpintería, teatro, inglés, guitarra, natación, tenis, danza, cultura, deporte y educación. Incluso con ese cuño religioso. Eso que me dio esta formación».
Kadu, Belo Horizonte
En los últimos 15 años, las periferias también se fueron modificando social, cultural y económicamente. Otros acuerdos en la disputa y en la incidencia política en la vida de las ciudades promovieron la formación política por medio de colectivos autónomos de cultura, activistas y políticas públicas de acceso a la universidad. Esos espacios modificaron socialmente no solo a los sujetos participantes, sino que también impulsaron transformaciones en sus familias y en sus barrios, generando otras posibilidades de ser y ocupar espacios en la sociedad, principalmente por el acceso al derecho a la educación.
La dinámica social de los territorios desde donde brotan esos sujetos periféricos también se modificó. Esos cambios sucedieron por medio de una mayor circulación en otros espacios sociales, de la ampliación de repertorio en la conexión con otros grupos en el ambiente académico y activista, y de necesidades que emergieron en las periferias pidiendo la invención de nuevas estrategias y herramientas.
A partir de las periferias
Identificamos en nuestra investigación cinco contextos para el despertar y la movilización del ser político a partir de las periferias. Es importante destacar el término a partir de las periferias y no de la periferia, ya que comprendemos que este sujeto, incluso siendo cría de los territorios, circula, disputa y pauta la vida política de las ciudades, como un amplio territorio que comprende diferentes visiones, identidades y complejidades.
Periferias para expresar la pluralidad.
«La periferia es periferias, con “S”. Sí, porque nosotros empezamos a pensar, periferias, pero dentro de las periferias hay muchas cosas que, tipo, aquí no son lo mismo que en Edu Chaves, que es la otra calle de aquí abajo…»
Jesus, São Paulo
A ese nuevo sujeto político, le adoptamos el nombre de hacedor, término encontrado por los propios investigadores especialistas en territorios periféricos, que conocen y se reconocen a partir de esa definición. Así, como los hacedores, existen los realizadores o los tejedores – como el Instituto Update los denomina – términos sinónimos para definir el mismo comportamiento que reconstruye el tejido social, a partir de la emancipación ciudadana, colectividad y experimentación de nuevas prácticas políticas. La innovación política es plural y diversa y, por eso, el lenguaje también es libre para redefinirse según su referencia y contexto.
No es una periferia, son todas.
Pluralidad que se ha adoptado en el discurso de los hacedores tiene un objetivo político bien definido.
Hablar de «periferias» es un esfuerzo para no alejarse de una identidad colectiva que da a esas personas un lugar y un punto de vista de lucha en el mundo, al mismo tiempo en que apunta y califica cada territorio a partir de sus características. Garantizándole a él, por lo tanto, no solo el derecho a la identidad, sino provocando que el Estado se abra a la participación, ocupación de espacios de poder y, así, comprenda las necesidades y demandas específicas en la construcción de las políticas de la ciudad.
Los barrios como sujetos
Los hacedores son frutos de su medio, influenciados por sus dinámicas sociales y culturales en sus prácticas. Estos nuevos sujetos políticos componen e impulsan también la identidad colectiva de los territorios en el imaginario de la ciudad.
Lo raro, a lo largo de la investigación, es que fue común que las personas entrevistadas dijeran su nombre, seguido del barrio donde viven. En algunos casos, incluso, el barrio compone el nombre por el cual el hacedor es reconocido en la ciudad.
«Mi nombre social es Cris dos Prazeres. Morro dos Prazeres es mi hogar».
Cris dos Prazeres, Rio de Janeiro
DOLOR y el movimiento como respuesta
El dolor es uno de los puntos fundacionales de los seres políticos periféricos contemporáneos. Y él se manifiesta en una serie de acciones continuas y que se basan en la violencia de Estado, en el racismo y sexismo estructurales.
El racismo estructural se transforma en racismo institucional en las fuerzas de seguridad del Estado, en la falta de vivienda digna y saneamiento, en la falta de acceso a la educación y a la salud, entre otros. Él se da por medio de las violaciones de los derechos humanos, como el derecho a la vida y a la dignidad y deja marcas psicológicas y físicas. Es la interrupción de una vida por la negligencia de quien debería salvarla y no estaba ahí. La violación al honor de una persona o de su colectividad, en la historia contada al mundo que criminaliza a la víctima y estigmatiza la colectividad periférica. Por causa de una situación traumática, el sujeto amplía sus relaciones en la búsqueda del confort o de construcción de estrategias para la no repetición del trauma. La ampliación de redes, repertorio y de conexiones lo impulsa y lo proyecta como un liderazgo portador de una posible solución.
«Después que él sufrió ese atentado, que él vio que no había otra salida, otra solución, él se mudó de ciudad, se mudó de estado y mudó su vida. Y ahí yo pude percibirlo. Antes de eso, antes que suceda eso con él, ya creía que las personas no lograrían resocializarse. Y viendo el caso de mi hermano, un caso bien cercano, él se resocializó, es otra persona, puede estudiar, trabajar, tener una vida en sociedad saludable, me emocionó y me hizo querer brindar eso a otras personas. Por eso que hay solución, y que no se necesita que haya una tragedia para que las cosas cambien. Yo creo que la educación de base, políticas públicas que asistan a los jóvenes para que ellos no permanezcan en esa marginalidad, al margen de la ley. Creo que eso fue un factor que me hizo ser más comprometida en las cuestiones sociales».
Raquel, Recife
«Y fui circulando por la ciudad, con varios subempleos, y ese proceso me fue mostrando cómo el mundo no es un haz de cuenta y la realidad que viví es mucho más cruel, principalmente para hombres y mujeres negras, y grupos que escapan del modelo, vamos a ponerlo así, heteronormativo, caucasiano. Quien escapa de ese modelo no blanco y no heteronormativo termina viviendo varios desencadenantes que impulsan a la lucha, o bien a un acomodamiento. Yo elegí luchar y aquí estoy, en la lucha hasta hoy».
Álvaro, Belo Horizonte
«El estupro colectivo a una joven, cometido por 32 hombres, que conmovió creo, que al país entero, y nosotros también, nos conmovimos muchísimo. Y esa conmoción hizo que nos uniésemos, solo que ahí está aquella vieja historia, ¿no?, «y ahí quedará, nos vamos a conmover, nos vamos a rebelar, nos vamos a rebelar de aquí por cinco días y esa rebelión termina, ¿no?, ¿será que se podrá hacer algo? De esta manera, ¿es posible hacer algo?»
Cíntia, Brasília
Reubicaciones
Las reubicaciones de los hacedores más allá de sus territorios físicos originarios amplían la comprensión de las desigualdades. Es en el ir y venir a otros espacios como ellos comprenden que la quita de derechos se da, en las periferias, de manera acumulativa: por no acceder a la educación, memoria y cultura, el sujeto comprende poco cómo acceder a la salud, economía, vivir bien y así sucesivamente.
«El momento que me despertó fue cuando tuve la oportunidad de trabajar en un lugar clase A. Yo vivía en São Gonçalo, que era una región periférica de Rio de Janeiro, una comunidad llamada Menino de Deus y ahí tuve la oportunidad de trabajar en la zona sur de Rio de Janeiro, en Botafogo, y en ese trabajo tenía la oportunidad de almorzar. Al almuerzo lo pagaba la empresa y, como yo creía que ahí todos eran ricos, me imaginé que la comida sería espectacular. Cuando llegué al lugar vi que los compañeros tenían una opción alimentaria diferente a la mía y que reforzaba que ese alimento era de gente rica y mi comida era de gente pobre. En ese momento, empecé a entender que necesitaba decodificar esas cuestiones de alimentación para mi comunidad».
Hamilton, Recife
No es extraño, es en ese momento cuando ellos conocen la soledad de la inserción, porque empiezan a tener dificultades para reconocerse en su ambiente de origen, pero tampoco se ven como pertenecientes a los nuevos espacios.
Cuando el hacedor accede a otros espacios donde los derechos básicos están garantizados, en las reubicaciones, generalmente por el sesgo del trabajo o estudio, el choque de contextos revela dinámicas sociales diferentes de aquellas presentes en su territorio. A partir de una elaboración que mezcla desconcierto con la habilidad para la traducción, ese hacedor empieza a emprender esfuerzos para que el derecho experimentado por él de manera práctica en los nuevos ambientes que frecuenta sean también asegurados en sus propios territorios.
Cuando el hacedor accede a otros espacios donde los derechos básicos están garantizados, en las reubicaciones, generalmente por el sesgo del trabajo o estudio, el choque de contextos revela dinámicas sociales diferentes de aquellas presentes en su territorio. A partir de una elaboración que mezcla desconcierto con la habilidad para la traducción, ese hacedor empieza a emprender esfuerzos para que el derecho experimentado por él de manera práctica en los nuevos ambientes que frecuenta sean también asegurados en sus propios territorios.
«(…) fue después de una marcha que hubo con el grupo de Salvador, “Reacciona o Morirás”, después que tuve aquella posibilidad en el Cabula, donde ejecutaron a 12 jóvenes, los policías prácticamente ni fueron a juicio y fueron absueltos. Y yo respondí a una invitación de una amiga mía llamada Lúcia que es de la periferia y eso, y dijo: «vamos, ven ver cuál es la realidad de ser negro. Y le dije: sí, soy negra, pero soy negra de clase media. Entonces eso para mí, de la periferia, de esas vivencias, de la violencia, era algo muy alejado, ¿no?, no estaba tan cercano a mí».
Thaisa, Recife
Mentor
Una profesora, un líder religioso progresista o una educadora en las clases de arte y cultura. La figura reconocida y validada como mentor puede cumplir papeles sociales diferentes, pero siempre es alguien que, en contacto con un sujeto periférico, construye un ambiente de confianza, de intercambio de referencias, de ampliación del repertorio de vida y de visión de mundo. Es alguien que alimenta la formación de una visión crítica y generalmente da pistas de cómo los talentos del hacedor pueden encontrar caminos para la transformación de la realidad. Provocado e inquieto, el hacedor, sea por orientación de su mentor o por la construcción de un camino propio de búsqueda o de acción, se pone en movimiento a partir de su territorio y para su territorio.
«Yo viví en Salvador por 16, 15, 17 años. Una periodista llamada Márcia Guena, vuelve de Senegal y comienza a hacer ahí en la quebrada donde yo vivía, en el barrio de Beiru, un diario comunitario, y ese diario comunitario tenía como objetivo dialogar sobre la cuestión del auto reconocerse como negro, como negra, la valorización y la estética del cuerpo negro, porque Salvador es una ciudad con más del 70 % de su población negra. En el sistema político, los medios, en los altos cargos de las empresas el porcentaje de negros era muy bajo, y en Salvador en esa época había una moda de intentar emblanquecernos, así, de distintas maneras, en el pelo, en la estética, en la música. Entonces, Márcia, cuando vuelve a Salvador, se da cuenta de eso y vuelve al barrio y ahí reúne a un grupo. Ese proceso terminó en la Asociación Comunitaria Diario de Beiru, y ahí estuvimos por más de un año, yo permanecí por más de un año, casi dos años, y ese fue un proceso fuerte, que me hizo despertar. Porque yo nunca me había dado cuenta de la ancestralidad, yo nunca me había dado cuenta de muchas cuestiones ancestrales, eso porque mi abuela tenía un culto de candomblé y, con 10, 11 años, cuando ella muere, mi familia lo dejó de lado»
Jesus, São Paulo
ONGs
Uno de los espacios formadores de sujetos políticos más tradicionales en las periferias, las ONGs, tiene presencia distintiva en los territorios desde los años 90. De ellas brotaron muchos de los líderes que hoy buscan otras formas de organización política y social en las periferias, ejemplos de los colectivos y de las redes, que se presentan más adelante en este estudio.
Con una fuerte característica socioeducativa, algunas ONGs fueron y continúan siendo el espacio de formulación y práctica de la ciudadanía, generalmente en sus primeras experimentaciones. Son ellas las que alimentan a los pobladores con informaciones que los impulsan en dirección a sus derechos básicos, además de actuar en el apoyo y protección de los territorios. Estas características forman hacedores que piensan a partir de la lógica de proyectos, con alta capilaridad y profundo conocimiento de la dinámica social de sus barrios, lo que resulta generalmente en iniciativas que dialogan con derechos estructurantes.
«Mi primera iniciativa en el campo de la política de formación en movimientos sociales se me despertó por medio del CCJ Recife, cuando yo hice un curso de fotografía, y donde trabajábamos lo socio-político con también la herramienta de la comunicación y la educación popular…Y de ahí, yo creo que en 2012, 2013, yo me hice más fuerte, de esa manera, dentro de la política de juventud. Porque, como nosotros trabajábamos mucho en la cuestión de educación popular, trabajaba mucho en el derecho de la ciudad y derecho a la movilidad urbana, y yo fui conociendo otros sectores, otra juventud…De ahí me fui fortaleciendo cada vez más, conociendo, teniendo vivencias, intercambios, dialogando con otro lenguaje de juventud, no solo periféricas…fui despertando, le fui tomando el gusto, aun así, y me volví lo que yo soy hoy una joven multiplicadora y activista».
Jéssica, Recife
Coletivos e redes
Teniendo la horizontalidad como esencia, los colectivos y las redes son estructuras formativas más recientes en los territorios. Las personas se agrupan alrededor de temas de interés, a veces de manera temporal, y empiezan a investigar, producir conocimiento o acción a partir de esa identidad colectiva. Por su naturaleza orgánica, una misma persona termina por formar parte de dos o más colectivos, dependiendo de su campo de interés y de actuación en los territorios.
De este espacio emergen hacedores políticos con alto compromiso, entendimiento e identificación con las pautas raciales y de género, reflejo directo de la formación política pluralizada que tiene en los pobladores y en el territorio su esencia. Son en los colectivos y redes donde encontramos, a partir de la búsqueda realizada, los espacios más fértiles para la incidencia política directa. Son en los colectivos y en las redes, también, que se construyen las nuevas viabilidades para la política que está emergiendo.
«Nosotros formamos parte de la Red de Periodistas de las Periferias. Es extremadamente importante que nosotros estemos en red, principalmente ahora, en un momento tan crucial de nuestra historia, porque nosotros no tenemos recursos financieros, no tenemos el recurso humano, no tenemos la posibilidad de comprometer a nuestras bases. Nuestras bases: familia, mis vecinos, las personas de mi barrio. Y yo sentí que cuando la red de Periodistas de las Periferias fue creada, dio un up para todos los colectivos que formaban parte de la red. Y aún está en proceso de estructuración, de articulación, es muy difícil hacer una red, es la cosa más difícil que existe en el mundo».
Jéssica, São Paulo
«El mayor activo que nosotros tenemos es nuestra red. Exactamente, ese es nuestro principal activo, nuestra principal herramienta, nuestra red, romper las barreras (…) sobre conexión en las personas. Mirara los ojos, sobre la verdad, sobre diferencias, sobre cosas que son difíciles hasta de hablar».
Márcio, São Paulo
O tempo e as condições deste momento histórico
Tres condiciones conforman las bases para la construcción del momento histórico que está rediseñando el papel político de estos que llamamos hacedores periféricos:
Cambios Comportamentales: Los hacedores se están conectando con redes de interés que extrapolan las redes de clase. La naturaleza de estas nuevas conexiones construye otros repertorios, aumentando redes de apoyo y de acción entre centros y periferias.
Cambios Tecnológicos – Históricamente, las construcciones políticas se daban en los encuentros presenciales, ver el Movimiento Hip Hop en la Estación São Bento, en São Paulo. A causa de la tecnología, internet especialmente, los hacedores se organizan de manera más rápida, con más diversidad y en mayor número, creando redes de colaboración con gran fuerza de incidencia.
«Cada vez estamos siendo más tecnológicos, ya no podemos escapar de eso, ya creo que nosotros tenemos que utilizar, aprender a usar todas esas herramientas y utilizarlas de la mejor forma posible. Crear puentes, no es un puente más, es esa forma que nosotros tenemos para abrirnos y pasar, portales, nosotros creamos el portal, hologramas, y conseguimos conectarnos, conectarnos con los nuestros. Con los nuestros que yo digo es con todas las personas que están dispuestas a construir la transformación social».
Evandro, Belo Horizonte
Intersección de Pautas – Pautas fundamentales de la sociedad, raza y género transversalizan el pensamiento político del hacedor, sin las cuales ella o él se niegan a avanzar políticamente.
«La izquierda no puede comprender ni aunque usted agarre un hacha y le abra la cabeza al grupo. Es la clase, clase, clase, clase… ahí usted mira y dice: ¿en serio? Cuando pones a un joven negro y a un blanco frente a un juez, o de una jueza, el juez y la jueza asumen que esa persona negra es la pobre, mala, y que seguramente cometió el delito, y asume que la persona blanca no, aunque los dos sean de la misma favela. Y así, el racismo es muy bizarro, yo ya vi casos así que tipo, el niño negro era quien era el jefe del juego, quien hacía que todo suceda, pero quien quedó como jefe fue el blanco, porque al fin de cuentas, ¿desde cuándo el negro va a ser el jefe de algo?»
Fernanda, Belo Horizonte
«Da para conciliar los colectivos, no todo es igual, las formas de hacer son distintas, muy distintas a veces, pero en algunas cuestiones, en el punto de combate al racismo, con una vena también que tiene esa cuestión del sesgo cultural, algunas reflexiones políticas, conectan y ahí da para hacerlas juntos».
Evandro, Belo Horizonte
«Ahora, es bueno pensar también en la red con conexiones con otros movimientos, tanto por la ciudad como en un alcance mayor. Yo creo que es un camino sin retorno esta cuestión, ¿no es así? ¿De organizarse de esa forma?»
Rose, Belo Horizonte