Democracia en disputa en tiempo real

El mayor país (demográfica y económicamente) y el único de lengua portuguesa en la región concentra grandes desafíos sociales, de una nación multicultural y étnicamente diversa, marcada por la desigualdad social y violencia, provenientes de herencias históricas de un país que fue fundado bajo la luz de la explotación, dominación y racismo, modelos culturales que permanecen vivos hasta los días actuales. El período de redemocratización está marcado por la estabilidad económica y políticas sociales que crean condiciones para sacar a miles de la línea de la pobreza, que alcanza su ápice durante el gobierno del Partido de los Trabajadores, que permanece en el poder por 13 años.

Desde 2013, hay una erupción política tomando al país. De las Jornadas de Junio, la mayor protesta ciudadana de la historia reciente, nacen iniciativas ligadas a la izquierda y a la derecha. En 2014, las investigaciones del Lava-Jato revelan el mayor esquema de corrupción del mundo involucrando políticos de casi todos los partidos y grandes empresarios. En 2016, la Presidenta Dilma Rousseff sufre un impeachment controvertido bajo los alegatos de irresponsabilidad fiscal. El proceso aumenta la polarización, y asume un presidente sin legitimidad social y bajo investigación, con prisiones diarias de personas vinculadas a esquemas de corrupción.

En ese contexto, el país vive la mayor crisis política de los últimos 30 años y, así, incorpora el sentido de urgencia para transformar la realidad. Es en este terreno donde emergen iniciativas relacionadas a pautas sociales importantes e invisibilizadas por los grandes medios, como raza y género, que ganan espacio con narrativas alternativas en un formato de denuncia colectiva, trayendo reflexiones históricas al respecto. Y, más allá de la sociedad civil, emergen grupos diversos que buscan la renovación de los cuadros políticos del país – son protagonistas oriundos desde movimientos sociales, organizaciones sin fines de lucro y sector privado.