Pulso 2018-11-07T15:04:17+00:00

As lógicas e a vocação do território latino-americano ao longo das últimas décadas. Conheça o contexto político que faz surgir um novo momento e uma nova identidade política que busca fortalecer identidades, direitos e a democracia.

Para comenzar a entrar en esta otra historia posible de América Latina, precisamos contar un poco sobre la vieja no tan conocida historia. La intención de este capítulo es presentar una mirada más subjetiva para entender por qué es en este contexto arcaico y sobrepasado que emergen las nuevas posibilidades y sueños de colectividad.

Quién sabe, permitir una mirada generosa a una historia que se hizo con tanto dolor y vidas perdidas, pero que generó un pueblo resistente, persistente y creativo.

Ningún sistema es tan perfecto y cerrado que no tenga brechas para impedir que revolucionarios y disruptivos nazcan, crezcan y florezcan.

De los encuentros de pueblos y toda suerte de acreditación y de ritos, no se piensa América Latina sin recurrir al imaginario fantástico, sus personajes, paisajes y lo que sucedió a lo largo de los tiempos.

Somos un zurcido de todos los colores, de todas las texturas, de aromas, de gustos y de ritmos.

Esta encuesta es sobre esta tierra y esta gente. Sin embargo, antes que se produzca en la realidad, América Latina es una invención de muchas imaginaciones que se encontraron antes que todas y que todos nosotros.

Foto: Renato Santana

La vocación de esta tierra no es para pocos. Si somos el escenario de la imaginación del mundo, también somos el escenario de las disputas, guerras, violencias y autoritarismos.

Hace ya tiempo que los pueblos viven en el fuego cruzado, sea por los violentos procesos de colonización que existieron, sea cuando una parte del pueblo creyó que la otra parte del pueblo estaba a su lado, y no lo estaba.

O también, por un lado, centralizadores del poder y, por el otro, soñadores de una democracia que nos libera a cada uno de nosotros.

Foto: Rich Lam / Getty Images

Por ejemplo Canudos, que imaginó una ciudad inventada, libre de su propia nación, nacida en el medio de un desierto que nunca se volvió mar. O tantos otros ejemplos como Zapatas, Allende, Guevara, que disputaron y disputan esa historia.

Fue contra «imaginaciones» que fueron construidas las formas de violencia de Estado que hasta hoy habitan este territorio y que hicieron a sus habitantes rehenes de un nuevo cuento: el de la democracia ejercida por medio de una política institucional, patriarcal y controladora.

Desimaginar es retirarles el derecho a los individuos de crear nuevas realidades.

Es una lógica de poder que sucede por medio de acciones de represión, tanto ideológica como física, institucional y política que nos impide imaginar y ejercer la colectividad. Desimaginar la política es el proceso de dejar de soñar, pensar y construir lo colectivo.

Sin comprender la política como herramienta de transformación, los latinoamericanos poco a poco fueron dejando de creer en un territorio e identidad conectados.

Sociedad fragmentada

El producto de esta lógica es una sociedad fragmentada, reflejo de un Estado inaccesible. Dividido por visión “nosotros y ellos”, se aleja la de la idea de que es posible crear la sociedad a partir de sus diferentes manifestaciones.

Este sistema opera según la estrategia de qué es necesario “dividir para conquistar” ganando control y poder por medio de la fragmentación, dificultando la reunión de grupos menores.

El resultado de ese proceso es el aislamiento de grupos e individuos, un tejido en retazos totalmente descosidos.

América Latina es un continente muy fragmentado, desde lo físico al pensamiento.
Ginna, Colômbia

Es la interacción entre las diferentes unidades sociales y sus individuos, como familia, comunidades y las instituciones. La relación entre ellas es lo que da forma a la sociedad.

Un tejido social saludable proporciona confianza y cuidado entre los individuos, que comparten identidad, como cultura o historias comunes, y genera estructuras volcadas a la toma de decisiones colectivas.

Mucho de lo que sucede hoy tiene que ver con la falta de un tejido social. Hay muchos factores que explican esto: desde que se dejó de enseñar educación cívica en las escuelas hasta una sociedad absolutamente marcada por el consumo y por el individualismo. Yo siento que una gran parte de los problemas que tenemos hoy, a nivel político, social, y todo conflicto, tiene que ver exactamente con la falta de saber cómo construir un tejido social.
Juan, Chile

– Otra América Latina parece inalcanzable – porque nos impiden, sistemáticamente, imaginarla.

¿Cómo se sustenta esta lógica?

El mantenimiento de la desimaginación política está sustentado por dos grandes pilares interconectados y percibidos a lo largo de nuestra historia más reciente.

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El resultado es una democracia
para pocos e insuficiente.

La emergencia de la imaginación

Una combinación de hechos históricos crea condiciones para rescatar el imaginario político latinoamericano.

Las décadas del 50 y 60 estuvieron marcadas por dictaduras militares en América Latina, y los años 80 y 90 por la recuperación de la democracia. Aunque superficial, el sistema democrático reabre una brecha para la imaginación política.

Desde el surgimiento de internet, la sociedad fuerza y prueba los límites de la democracia, impulsando su actualización a los desafíos y oportunidades del siglo XXI.

Entre 1979 y 1990, más de una decena de países latinoamericanos vivieron la transición democrática. Parte de esa motivación proviene de un contexto económico
mundial: el neoliberalismo y la globalización son incompatible con los regímenes militares nacionalistas y autoritarios.

Por otro lado, los ciudadanos lucharon por la democracia en sus países. La jornada de democratización estuvo marcada por luchas, retrocesos y avances, tensiones, resistencias y negociaciones que continúan hasta hoy – y que deben continuar.

El sistema fue implementado sin adoptar su cultura, sin entrar en la vieja lógica. El resultado es el mantenimiento de las elites y sus privilegios, en una democracia todavía restringida a pocos.

Tenemos más de 30 años de recuperación democrática, sin embargo, la democracia no puede resolver los problemas más simples que tiene la ciudadanía.
Margarita, Argentina

Creo que la transición de un sistema dictatorial a un sistema democrático es un cambio muy fuerte, de la calidad de ciudadanía, de cómo yo concibo mi ciudadanía con relación a mi interlocutor, que es supuestamente mi representante. Tenemos que dejar de ser un adolescente que se queja de todo y pasar a ser un adulto que dice: realmente tenemos que dejar y sacrificar ciertas cosas, renunciar a otras y tomar decisiones.
Pablo, Chile

Sin adoptar la cultura democrática y sus principios, la democracia en la región se restringe al momento de las elecciones, presentadas como la materialización del sistema democrático.

La búsqueda por la participación política para después de las elecciones, y una democracia que venza a los viejos hábitos es el proceso de maduración del sistema y, claro, de sus ciudadanos.

Son Estados-Nación muy limitados. O sea, somos del Occidente, pero tenemos una modernidad que llamo modernidad inconclusa. No hubo un sistema de distribución de derechos para toda la sociedad. Entonces nos llegó una modernidad y una democracia muy limitadas, dejando negros, indígenas, mujeres, jóvenes del lado de afuera.
Matias, Argentina

La red rescata posibilidades de imaginar un futuro diferente y, por lo tanto, una actuación política donde el ciudadano descubre su propia voz y hace eco con otras voces, organizándose alrededor de nuevos temas, en una lógica colaborativa.

Actualizamos la democracia por medio del uso de redes y TICs como herramienta de participación ciudadana.
Juan, Mexico

No logro pensar como un ciudadano activo o un político activo sin la tecnología. Incluso como un medio para poder darle a las informaciones más agilidad y construir narrativas que antes eran muy monopolizadas.
Cecília, Brasil

La osadía de la juventud toma a los gobiernos por sorpresa y crea una onda poderosa que repercute en las calles y en las redes, actuando de forma más audaz, directa y transparente.

En 2011, el movimiento estudiantil universitario organizado sale a las calles contra el sistema de educación, principalmente superior. Ese momento inspira otros movimientos como el Revolución Democrática, Autonomistas e Izquierda Autónoma y hace surgir a los 3 principales líderes elegidos como candidatos independientes a diputados federales. Los movimientos de donde vienen se formalizan como partidos y, en 2017, construyen el «Frente Amplio de Izquierda”, que elige 21 parlamentarios, siendo 20 diputados y un senador, además de promover una candidata a la presidencia (Beatriz Sanches) que queda en el 3º lugar.

En un movimiento de rechazo a la visita del entonces presidente Peña Nieto en una universidad y al contraataque de Peña diciendo que se trata de un movimiento organizado por los partidos de la izquierda, surge en 2012 el movimiento estudiantil «Yo soy 132”, que moviliza la red y lleva a miles de personas a las calles, lo que sancionó la reforma que permite mayor participación política, entre ellas la candidatura independiente. El Wikipolitica resuelve configurarse como movimiento que apoya las candidaturas independientes y elige a Pedro Kumamoto en 2014 para diputado que, en 2018, es candidato al senado.

En junio de 2013 las manifestaciones contra el aumento del pasaje de ómnibus complican gran parte de las calles de las grandes ciudades en un reclamo que moviliza todos los lados de la sociedad, no solo la izquierda. La derecha insatisfecha despierta, revocando su derecho de expresión. En 2016 se produce el impeachment y los constantes casos de corrupción hacen emerger la necesidad de la renovación política como agenda nacional.
Movimientos como la Bancada Activista en São Paulo y Muitxs en Belo Horizonte inician sus narrativas seguidos por otros movimientos de renovación como el Ahora, Creo, Renueva, etc.

Para revertir el cuadro de más de 70% de los uruguayos favorables a bajar la edad para la imputabilidad penal, jóvenes estudiantes se movilizaron para debatir en las universidades, en casa y en internet, y engendraron la mayor manifestación en el país. En 2014 consiguen impedir la medida, que se transforma en una gran conquista del movimiento y fortalecimiento de la sociedad civil – para después aprobar y movilizar para aprobación otros Derechos Civiles como la liberación de la marihuana y el matrimonio homoafectivo.

Cuando el presidente resuelve explotar petróleo en el suelo del parque Yasuni (que cuenta con la mayor biodiversidad del país, además de ser una reserva indígena), un movimiento joven de varios colectivos ambientalistas junta más de 800 mil firmas para pedir un referendo que impida la explotación del parque.
A pesar que el gobierno no acató el referendo e intento ejercer control sobre los movimientos, el impacto generacional de esta movilización ambiental y cívica es enorme y cuenta con la participación de la sociedad en peso.

En junio de 2015 una noticia sobre el feminicidio de una muchacha de 15 años en Santa Fé moviliza las personas rápidamente en el Twitter y escala a las calles de forma atípica y orgánica, reuniendo más de 300 mil personas de diferentes clases sociales, edades y lugares en las calles empuñando la bandera contra el feminicidio. «Ni una menos» también ayuda a pautar a ley 26.585 – una ley que protege la vida de las mujeres, a pesar que aún no tiene impacto – además de difundirse por todo el territorio, en todos los países de América Latina.

Después de la denuncia de corrupción que involucró al presidente y su vice, la sociedad civil pide la renuncia de ambos. La importancia de este hecho se da porque sucede en un país con historial de violencia, persecución política y conflicto armado y, por lo tanto, una sociedad que siempre vivió a la sombra del autoritarismo. Un evento de facebook llamado RenunciaYA reune 25 mil personas y consigue la renuncia de la presidencia, haciendo despertar una generación que también busca ingresar en la política. Y simbólico porque el despertar de ese poder político sucede en los jóvenes, en un país que siempre tuvieron miedo de destacarse y ocupar el poder público y contamina todas las generaciones de la sociedad.

En 2015 el gobierno hace una llamada sobre el acuerdo de paz con las FARC, mientras que la oposición difunde de fake news y propaganda política, que acaba polarizando la sociedad en una cuestión que no puede ser simplificada. El acuerdo de paz no pasa y los jóvenes, por medio de la tristeza y decepción, promueven reuniones y debates, que terminan concentrándose en la Plaza Bolivar, sede del gobierno central, y ocupan la plaza, ejerciendo presión para que el acuerdo siga. A partir de eso, el acuerdo se mantiene. La insurgencia se da a partir de jóvenes que tenían miedo de involucrarse en la política y, en este escenario, comienzan a conversar, involucrarse y ocupar la política para asegurar Derechos Civiles y Humanos.

Por medio del referendo 21F, Evo Morales consulta a la sociedad sobre su reelección por 4ª vez. Los jóvenes se manifiestan en contra y no permiten la aprobación de la medida, ya que entienden que, a pesar de los avances del gobierno, no dar posibilidad a una nueva elección presupone un sistema dictatorial y es preciso que haya alternancia en el poder. Una vez más, la juventud toma la delantera para resignificar el sistema democrático, incluso para ocupar el poder político. Los movimientos FUR (partido que quiere tener candidaturas en 2019) y OTRA IZQUIERDA POSIBLE (izquierda alternativa con otra posibilidad de narrativa) hacen surgir nuevas izquierdas en la búsqueda de una democracia más justa.

El presidente electo declara en su campaña que no habrá reelección. Pero, al fin de su mandato, consigue hacer un acuerdo político y jurídico para lograr su reelección, lo que provoca en marzo de 2017 un levantamiento popular en las calles contra ese acuerdo. Aún así,al día siguiente de la medida es aprobada. Miles de personas, representantes de todas las clases sociales, edad y género salen a las calles en un levantamiento violento contra esa maniobra, ocasionando la interrupción de la aplicación de la ley.

El surgimiento y la materialización de un nuevo perfil comportamental que demuestra ese nuevo pensamiento y hacer política en los territorios: sus acciones, estrategias, principios, mentalidad y valores.

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